Gracias al apoyo de la autora de Harry Potter a la causa ambiental, numerosas editoriales de todo el mundo han impreso su último libro y todos los anteriores en papel reciclado o con fibras vegetales provenientes de bosques administrados de manera responsable, como por ejemplo los certificados bajo el sello forestal FSC (Forest Stewardship Council - Consejo de Administración Forestal). La versión inglesa del libro consiguió evitar la tala de 197.685 árboles y la producción de más de 20 toneladas de residuos sólidos. Además, redujo la emisión de gases de efecto invernadero en 7,9 toneladas y ahorró 327.657 litros de agua.
Si otros autores del mismo nivel apoyaran estas iniciativas la lectura sería doblemente valiosa para la humanidad.
